Lactancia materna y salud bucodental

La lactancia materna favorece el correcto desarrollo y crecimiento del aparato estomatognático y con ello, una buena oclusión dental.

Además de los enormes beneficios nutritivos, psicológicos e inmunológicos para el bebé. La mandíbula del bebé, que se ve tan pequeña al nacer, aumenta de tamaño gracias a los ejercicios de succión del pecho, que son totalmente diferentes a los movimientos musculares realizados con el biberón. La falta de lactancia materna o un periodo corto de ésta, puede conllevar a alteraciones dentales y maxilares.

La succión del pecho ayuda a que la mandíbula “avance” en su posición y así se obtiene una mejor relación entre el maxilar y la mandíbula. Al lactar, se ejercitan una serie de músculos masticatorios y faciales que disminuyen las maloclusiones. La lactancia materna también facilita la respiración nasal del bebé, un correcto posicionamiento de la lengua, un buen desarrollo de la musculatura oral y previene patrones de deglución atípica. Por eso, coincidimos en la gran importancia de fomentar la lactancia materna exclusiva durante los 6 primeros meses de vida y desaconsejamos la lactancia materna nocturna después de la erupción del primer diente.

No existe ningún factor que ocasiones caries por sí solo. Pero sabemos que una lactancia materna prolongada (después del año de edad si es diurna y/o después de la erupción del primer diente de leche si es nocturna), es un factor de riesgo importante de caries de la infancia temprana. Además, hay madres que dan el pecho a demanda durante la noche (momento de mayor susceptibilidad al ataque bacteriano por la disminución del flujo salival) y no limpian los dientes después de la toma, aumentando así, el riesgo de caries. Es muy importante que si el niño se queda dormido mientras es alimentado, limpiemos su dientes inmediatamente después.

Dra. Judit Rabassa

Odontopediatra